Editorial | Netflix no entendió Cowboy Bebop
A este proyecto de Netflix le estuve siguiendo la pista desde que fue anunciado en 2018. Cowboy Bebop no solo es una de mis series favoritas, además es uno de los pocos animes que legítimamente considero que se podrían adaptar bien al cine de imagen real. Es bien sabido que esta serie toma inspiración de películas y tropos del cine hollywoodense; así que su adaptación a este medio debería ser, en teoría, bastante orgánica.
El problema fue que Netflix no entendió Cowboy Bebop. Y ni siquiera me refiero a su lore sino al tono general de la obra. La historia de Cowboy Bebop se cuenta de manera un tanto difusa, al punto en que aun hoy los fans gustan de desmenuzar cada uno de sus detalles ocultos. Sin embargo, hasta el espectador más casual sería capaz de percibir y experimentar la melancolía que emana de esta obra, presente tanto en su aspecto visual como en su música y diálogos.
Cowboy Bebop es una obra nostálgica, pero no en el mismo sentido en que lo son la mayoría de las obras modernas. No busca idolatrar y enaltecer el pasado; sino que, por el contrario, mira y se cuestiona los peligros de vivir enganchados a él. Toda la obra trata del viaje de Spike Spiegel, su incapacidad de dejar el pasado atrás y como esto termina cobrando su vida al final. Si, poco me vale que Watanabe haya dicho en entrevistas muy posteriores que Spike continuaba vivo. Sin embargo, la adaptación en imagen real hace todo lo contrario; nos dice que vivir el pasado no solo está bien, sino que es a lo que deberíamos aspirar.
Esto queda de manifiesto en el capítulo seis "Binary Two-Step". El cual si bien presenta una historia que existe en la serie original, aborda un acercamiento completamente distinto del mismo tema. En la versión animada la trama gira en torno a un culto tecno-esotérico y es una dura crítica a la manipulación mediática de la televisión de la época. Por otro lado, en la serie Live Action el conflicto es reducido a una maquina defectuosa que altera los recuerdos. De hecho, en principio el cambio tenía potencial. Siendo en este caso, Spike la persona secuestrada (Papel que encarnaba Faye originalmente) pudieron aprovechar para explorar más a fondo su pasado. No obstante, es aquí cuando sale a flote el problema que comente al principio. Mientras que la serie original hubiese cuestionado la forma en que Spike está atado a su pasado, en esta ocasión se le justifica. Señalando de forma tácita que si se separase de su vínculo con Julia perdería su identidad.
Ya que estamos con las tramas de secuestros, hablemos del icónico episodio en que Faye es secuestrada por Vicious y Spike debe ir a rescatarla. O al menos así era en la serie original, porque por supuesto Netflix no puede permitirse en pleno siglo XXI presentar una trama que aborde el tropo de la damisela en apuros. Por lo que para el episodio diez: "Supernova Symphony" tuvieron que darle este papel a alguien más.
En esta versión la víctima del secuestro fue Kimmie, la hija de Jet, personaje que no existe en la versión original y cuya existencia me molesta demasiado. No es tanto que yo esté en actitud: ¡Oh, no, destrozaron el canon! Sino que este cambio no tiene sentido y destruye por completo las motivaciones del personaje. En la serie animada lo que motivo a Jet para convertirse en un caza-recompensas fue precisamente el hecho de había perdido a todos los que amaba ya fuese literal o figurativamente. Dada su personalidad, si él tuviese una hija no se habría metido en un trabajo que podría costarse la vida en cualquier momento.
De hecho, recapitulando me doy cuenta de que muchos de los tropiezos y sin sentidos de esta adaptación surgen de la necesidad de que Faye se acople a los estándares de personaje femenino contemporáneo. Y aunque el cambio en las preferencias sexuales de un personaje no suele molestarme, haber modificado esta característica de ella resta todo el peso emocional que existía en su relación con Spike.
Por todo lo que he dicho sería fácil pensar que odie esta serie por la manera en que destroza el material de origen. Pero lo cierto es que la disfrute en un sentido irónico, del tipo “Es tan malo que es bueno”. Hay momentos tan excéntricos que tan solo imaginar a los personajes originales en las situaciones planteadas me parte de risa. Un gran ejemplo se encuentra en el primer episodio, en el que hay una escena donde Spike y Jet deben entrevistar a una Dominatrix para obtener pistas de un caso. ¿Mas ejemplos? La escena en que Vicious se pone a gritarle a Spike “Fearless” (O Temerario en la versión latina) O todo el rollo de fábrica de Red Eye operada por gente ciega y desnuda.
Estos cambios, aunque me han dado incontables momentos de risa muestran un claro desconocimiento de parte de Netflix de lo que hacía a Cowboy Bebop una serie adulta. Los productores pensaron: Hey, esto es una serie para mayores de edad, deberíamos agregar toneladas de sexo y violencia. Sin embargo, al hacer esto convirtieron en una obra cuya madures radicaba en su carácter melancólico en un producto para adolescentes edgy. Es decir, en su intento de hacerla más adulta terminaron por hacerla más infantil.
Hay algunos cambios que me gustaron, como el giro que le dieron al virus mutante del episodio cuatro "Callisto Soul". En la serie original convertía a las personas en simios, mientras que aquí los transforma en arboles a través de una metamorfosis bastante llamativa. Además, que en la resolución del problema involucren a una de las hijas enfrentando a su madre también me parece un buen aporte.
Un cambio que si es bastante cuestionable es el del pasado de Faye en el episodio siete “Galileo Hustle”. En la serie animada se abordaba la historia de un amorío que ella tuvo cuando recién despertó del sueño criogénico y como aquel hombre termino siendo un estafador.
En esta versión la estafa proviene de alguien que dice ser su madre. Aunque el cambio es radical y seguro molesto a muchos, en principio no tendría por qué ser malo. Pero el tono de la historia pasa de ser melancólico a uno de comedia. Eso sí, no negare que me entretuve bastante y el giro final del mafioso y su esposa haciendo todo por un depravado juego de rol me partió de risa.
Otro aspecto que nunca se exploró a fondo en la serie animada es el pasado de Spike junto a Vicious cuando ambos trabajaban bajo las órdenes del grupo Red Dragon. Lo cierto es que nunca me creí la relación de estos dos como amigos del pasado, así que la idea de ver una misión en la que ambos tuviesen que unir fuerzas en papel suena bastante interesante. Pero una vez más, Netflix fracaso en el intento de ampliar el lore de Cowboy Bebop. Pues el episodio nueve: "Blue Crow Waltz" termino siendo una repetición de aquello que se nos estuvo señalando una y otra vez durante flashbacks a lo largo de toda la temporada.
Como ya se habrán dado cuenta mi problema principal fueron los cambios que se hicieron a los personajes principales: Faye, Jet y Spike están pesimamente construidos, sobre todo estos últimos dos. Yo he escrito ficción durante ya algún tiempo y reconozco que escribir sobre la amistad entre dos varones es una de las cosas más difíciles que existen, con respecto a relaciones humanas. La serie original ejecuto esto de manera magistral; la versión de Netflix, no. En esta encarnación Spike y Jet pelean todo el tiempo cual matrimonio al punto del divorcio. Frases como ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me llamaste? Se vuelven recurrentes. Y si bien estas existían en el material de origen eran presentadas mas como puyas y sarcasmos entre viejos amigos que como reclamos legítimos.
Abordando el tema del aspecto visual, este también es un completo desastre. Mientras hay escenas que claramente tratan de copia cuadros directos del anime, se nota que el equipo estaba carente de ideas y no sabía como integrar cohesión a este mundo. Me gusta especialmente aquella escena en la que Jet visita a su hija en los suburbios más blancos que se puedan imaginar, haciéndolo parecer un friki acabado de salir de la Comic-Con. Cowboy Bebop siempre tuvo sumo cuidado en la construcción de su mundo, tanto a nivel temático como visual. Logrando una magistral ambientación en el que a pesar de situarse en el futuro todo se nota antiguo y gastado.
No fue sorpresa que cancelaran esta serie pues prácticamente nadie la vio y los pocos que lo hicieron la destrozaron. Pese a la gran cantidad de dinero invertido, el presupuesto luce sumamente limitado, viéndose en la necesidad de eliminar muchas de las batallas espaciales que caracterizaban a esta serie y remplazándolas por combates con armas de fuego. Claramente seria insustentable continuar con este proyecto y Netflix decidió pasar el presupuesto a su próximo gran fracaso de una adaptación Live Action (One Piece, Avatar: La leyenda de Ang, Death Note, ustedes escojan)
Y aunque la serie termino con un Cliffhanger (el más ridículo posible, por cierto) La verdad es que se abarco casi en su totalidad los eventos de la serie original. Exceptuando, claro, aquellos que por su tono o temática no podrían adaptarse a una serie Live Action contemporánea (El episodio de los hongos por dar un ejemplo). Y claro, también tendríamos que obviar la inexistencia de Ed. Quien, si bien hace un breve cameo al final, por lo que mostraron de ella fue un acierto no tenerla en el resto de la serie.
Por su puesto también quedo pendiente resolver el misterio de la ubicación de la casa de Faye, pero aquello no es más que una duda autoimpuesta por la propia serie de Netflix, ya que esto nunca importo en el material original. Se trataba de una metáfora, un reflejo de que el mundo que conoció Faye ya no existía, más que un lugar real.
Debo admitir que tengo cierta curiosidad morbosa por saber cómo habrá seguido desde aquí la adaptación de Netflix. Especialmente, viendo que la historia tomo un rumbo completamente diferente a la serie animada. Se dice que esta encarnación de Cowboy Bebop continuara en los comics, pero tampoco soy tan masoquista para seguir esta historia en otro medio.
En fin, había postergado mucho esta reseña, y aunque este proyecto está muerto oficialmente necesitaba sacar todas estas ideas de mi cabeza. ¡Hasta pronto!
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