Editorial | Sayo Yamamoto

Esta es una breve semblanza sobre el trabajo de la directora de animación Sayo Yamamoto que escribí en 2016 durante el auge de "Yuri on Ice" y que por diversas razones no llegue a publicar. Recientemente encontré dicha editorial durante una revisión de archivos antiguos y decidí que era buen momento para compartirla, a continuación la copia textual.

Yuri on Ice, sin duda, se ha convertido en uno de los mayores éxitos del año 2016. El anime a cargo de estudio Mappa ha tenido una gran aceptación entre el público femenino y su impacto mediático es palpable en todas las redes sociales. La serie se centra en la carrera del patinador artístico Yuri Katsuki, tras quedar en último lugar en la competencia internacional Grand Prix. 

Se podría discutir mucho acerca de esta obra, su temática y técnica. Pero en esta ocasión me gustaría hablar de la persona detrás del proyecto, la directora Sayo Yamamoto. 

Yamamoto nació en Tokio el 13 de abril de 1977. Desde joven mostro interés en la animación y tras concluir sus estudios en la academia de arte y diseño de Tokio se integró a la plantilla del renombrado estudio Madhouse; donde trabajaría en el departamento de storyboard durante el desarrollo de series como Samurai Champloo, Ergo Proxy, Death Note, entre muchas otras. 

Finalmente debutaría como directora en 2009 con «Michiko to Hatchin», donde relata las aventuras de la ex convicta Michiko Malandros tras fugarse de una prisión de alta seguridad. Este anime conto además con la producción ejecutiva de Shinishiro Watanabe. Michiko to Hatchin sería el primero de varios proyectos en los que Yamamoto y el reconocido director de Cowboy Beebop trabajarían en conjunto.

 

Esta sinergia de estilos tuvo un mayor impacto en la serie de 2012, «Una mujer llamada Mine Fujiko», el más reciente reboot de la franquicia de «Lupin III». Yamamoto tuvo mayor libertad creativa durante el desarrollo de este proyecto por lo cual hizo gala de un estilo visual detallista y de trazo sucio, complementado con escenas de acción dinámica y muy fluida. Todo esto dotó de un aspecto adulto a la serie, haciéndola destacar del resto de obras relacionadas con Lupin III. 

Con el paso de los años la talentosa directora desarrollaría un estilo propio fácilmente reconocible. Dicho estilo resulta evidente en el capítulo veinte de Space Dandy, cuya dirección estuvo a su cargo. En este episodio en concreto, lució un diseño estilizado y una gama de colores saturados que destacan el sexapil de los personajes de la serie. Este se volvería un elemento común en sus trabajos posteriores. 

La carrera de Yamamoto continua y justo ahora se encuentra en apogeo gracias a Yuri on Ice. Espero que la popularidad de este anime sirva como parteaguas para que esta talentosa directora obtenga el reconocimiento que merece. Pues, mientras nombres como Hayao Miyazaki y Hideaki Anno son universalmente reconocidos, las mujeres a menudo terminan segregadas por la propia industria del anime. Haciéndolas incapaces de brillar en ámbitos distintos al de actriz de doblaje. 

Deseo profundamente que Sayo Yamamoto continúe desarrollándose exitosamente y espero ansioso su siguiente trabajo. El cual estoy seguro, dará mucho de qué hablar.