La Opinión de Yoru

Hasta el día de hoy, desconozco la razón por la cual los productores de The Cuphead Show decidieron hacer una serie de capítulos autoconclusivos [Salvo contadas excepciones, claro] en lugar de adaptar la historia que ya tenían planteada en el videojuego. No se si fue cosa de Netflix o se trató de una extraña forma de rendirle tributo a los cartoon de la época dorada, de cualquier forma no me parece que se haya  tomado la mejor decisión.  Ahora, asumiendo que alguna fuerza desconocida obligaba a que la serie tuviese este formato, creo que el resultado no estuvo tan mal.  Si alguien me dijera que estos cortos existíeron en el pasado y posteriormente, sus personajes se adaptaron a un videojuego, lo creria totalmente. Me imagino un caso similar al DuckTales clásico, cuyo videojuego resultaba mucho más entretenido que la serie animada homónima.   Dicho esto se mantiene el estilo visual planteado por el juego. Destacando el diseño de personajes, pero sobre todo escenas que imitan técnicas de

La cuarta  temporada de Desencanto se me fue como el agua  y aunque personalmente me gustó más la anterior , es en esta entrega que se resuelven  algunos de los muchos misterios que la serie había acumulando a lo largo de los años.  ¿Quién es la madre de Elfo? ¿Qué relación existe entre el infierno y SteamLand? ¿Por qué el castillo de los elfos está debajo de Dreamland? ¿Quiénes son los Trogs en realidad? ¿Pecas está vivo o es tan sólo una marioneta? Todas estas preguntas, finalmente, obtuvieron una respuesta en la actual temporada de la serie.  También tuvimos el crecimiento de algunos personajes a nivel emocional, destacando el caso del Rey Zøg , quien recrobo la cordura y se instauró nuevamente como soberano de Dreamland. Así como el enfrentamiento de Bean, literalmente, con sus demonios internos. Situaciones que, claramente, están preparando el terreno para el cierre de la historia en una temporada próxima.  En general, la cuarta temporada sirve como transición, donde la comedia

En el pasado ya he hablado de Kid Cosmic, tanto de su primera entrega como de la segunda , y en esta ocasión toca abordar el final de la historia.  La primera mitad de la tercera temporada fue estupenda. El arco de «La dimensión fantasía» nos brindó, por un lado, grandes momentos de comedia al parodiar los clichés del mundo de los superheroes y por el otro, escenas verdaderamente conmovedoras con la historia de los padres de Kid.  La segunda parte, sin carecer de momentos emotivos, fue mucho más convencional. No obstante funciona bien tanto a nivel argumental como emocional para el cierre de la historia de cada uno de los personajes principales. Tomando en cuenta que las tres temporadas de Kid Cosmic componen un total de 24 episodios, considero que se abarcó el espacio adecuado para contar esta historia. Y si bien, algunos eventos habrían tenido mayor impacto si se les hubiese dado más tiempo para desarrollarse, considero que  en general se aprovecho bien el formato de 20 minutos que

En mi anterior reseña de Kid Cosmic , señale que sería un error hacer una segunda temporada de esta serie, sin embargo no podría estar más equivocado. Esta nueva entrega resulto  fantástica. Fue un acierto, dejar momentáneamente de lado a Kid y ceder el protagonismo a  J.O.  En esta temporada descubrimos más acerca del personaje y su desarrollo como la nueva líder de los héroes locales. Es así que en apenas ocho capítulos fuimos testigos de la caída y redención del personaje.  También destaco la participación de la Reina Xhan, quien por momentos creí se convertía en el «villano escondido» de la serie, cosa que afortunadamente no ocurrió. El guión supo retratarla, acertadamente, como un  personaje q ue si bien tenia ideas distintas a nuestros protagonistas, a su manera también buscaba el bienestar de J.O. y el resto del grupo.  En conclusión una segunda entrega maravillosa, que sentaría las bases para lo que sería un espectácular final de la serie en la siguiente temporada. Pero de eso,